
Un libro que cuesta encontrar. De texto casi poético y acuarelas de Jorge Bayo absolutamente deliciosas.
Una sabia reflexión sobre la vida de ciudad y la necesidad absolutamente vital de respirar naturaleza, en un árbol, en una flor, en un jardín de la propia y agitada urbe.
Ciudadanos que han plantado cara o de iniciativa propia para defender una ciudad del puro asfalto. Personas con carácter que lo tuvieron claro e hicieron o continúan luchando por espacios verdes, humildes pero sanadores en la Barcelona actual.
El libro se articula en doce capítulos, con los doce meses del año, con doce experiencias de nombres y apellidos de barceloneses que han peleado contracorriente por un árbol o una flor, con doce virtudes terapéuticas y con doce recetas fáciles de hacer de la flor o fruta referenciada.
Este es un libro bellísimo. Escrito con delicadeza y mucha sensibilidad, donde la presencia del adjetivo es omnipresente para dejar constancia del matiz y detalle.
Hay capítulos absolutamente entrañables como el dedicado a la escritora tristemente desaparecida, Isabel Núñez que salvó un azufaifo en la calle Marimon, e incluso escribió un libro con la historia, La plaza del azufaifo. Editorial Melusina.

De lectura imprescindible para personas que aman la naturaleza, o la saben crear, estén donde estén, y que se apasionan por un texto muy escrito de belleza innegable.